martes, 15 de julio de 2014

Venecia también es eataly

Viajemos. Hay gente que lo primero que desea visitar cuando llega a una ciudad son sus museos, otros los monumentos más conocidos, otros tantos las discotecas y pubs con más vida, y los que, como yo, lo primero que visitan son sus cafés y restaurantes más pintorescos, originales y con gastronomía de la zona. Después de comer y de un buen café, es cuando empiezo a visitar monumentos y museos. Cuando me planteé viajar a Venecia, lo primero que se me vino a la cabeza fue, a parte de los gondoleros y el Gran Canal, la gran cantidad de turistas que tiene siempre la ciudad. Me parecía, si cabe, la ciudad más turística del mundo. Probablemente, la más turística sea New York o Paris, pero siempre he pensado que al ser ciudades más grandes, la oferta de restaurantes y cafés es más variada. En el centro tendrás restaurantes turísticos y caros, y en las afueras o en las zonas universitarias otro tipo de locales. Sin embargo, Venecia, todo es centro, las afueras son agua, así que todo es turístico. Pensé que sería imposible comer bien, a buen precio y con gastronomía de la zona. Pero en medio de ese estado de desazón, apareció la guía de Lonely Planet. No quiero hacer publicidad de ninguna marca en particular, pero es que esta preciosa guía salvó a nuestros estómagos de comida mediocre o fast food, y nos deleitó con una selección de sitios con una excelente relación calidad-precio en, para mí, la ciudad más turística del mundo.

Guía Lonely Planet Venecia: de cerca
Venecia

Para los que no seáis de comprar guías (personalmente es una de mis aficiones favoritas), os voy a hacer una serie de recomendaciones, la gran mayoría sacadas de la guía, otras, sin embargo, descubrimientos que hicimos dejándonos llevar.
El primer sitio en el que comimos fue un cafe bistrot, no llegaba a ser restaurante, recomendado por la guía por su risotto y su ambiente de gente local y pocos turistas: Cavatappi (Campo de la Guerra, 525-526, barrio de San Marco). Lo del ambiente era totalmente cierto, con más gondoleros y abuelitos italianos que turistas; sin embargo, lo del risotto, digamos que los he probado mucho mejores. La comida no era gran cosa, la verdad, aunque el prosecco (vino blanco achampanado italiano, no dejéis de probarlo) me gustó bastante. La razón por la que menciono este bistrot es más dulce, su tiramisú. Ha sido, hasta la fecha, el mejor tiramisú de mi vida: casero, con una nata deliciosa, no demasiado borracho, en definitiva, perfecto. Así que, entendería que, después de lo dicho, comáis en otro sitio, pero, per favore, el café y un tiramisú en el Cavatappi.


Gondoleros en Cavatappi

Si, efectivamente, decidís comer en otro sitio, os aconsejo que probéis los famosos cicchetti venecianos. Los cicchetti son como una especie de "montaditos", por compararlos con algo, un tentempié perfecto acompañados de distintos productos, normalmente, de la zona. El sitio más famoso para probar estos bocaditos locales es All'arco (Calle dell'Arco, 436), pero no puedo opinar porque quisimos ir nuestro último día, un domingo, y estaban cerrados. Creo que también cierran en julio y en agosto, pero no estoy 100% segura. Si os pasa lo mismo que a nosotros, la opción B no está nada mal: se llama Dai zemei (Ruga Vecchia San Giovanni, 1045), un local muy pequeñito, que nada más entrar ya ves expuestos en la barra los distintos tipos de cicchetti del día, puedes sentarte ahí mismo en la barra o en algunos taburetes que tienen o, si hace buen tiempo, la mejor opción es la terraza. El vino da mescita es bastante bueno, y nosotros nos dejamos aconsejar por la camarera en cuanto a la elección de los cicchetti y, la verdad, que todos los camareros fueron muy amables y nos sirvieron unos cicchetti riquísimos. Si os quedáis con hambre, sus bruschette tostadas y los panini (sobre todo el de lardo y rúcula) están muy buenos.

Cicchetti Dai Zemei
Cicchetti Dai Zemei



















Dejando a un lado los cicchetti y las comidas, pasemos a otro momento dulce. Bar Ducale (Calle delle Ostreghe) es el típico barecillo, sin mesas ni sillas, con sólo una barra para tomar cafés o un sambuca rápido y muchos refrescos y productos para turistas, a simple vista. Pero tenéis que venir a este bar por una razón de peso, por una razón muy dulce, aquí se venden los mejores cannoli de crema de vainilla de la historia. Para quien no lo sepa, los cannoli son un pequeño pastelito de hojaldre y crema, muy extendido por toda Italia, y a mí me vuelven loca. He probado muchos cannoli, pero os prometo que una de las razones por las que algún día volveré a Venecia son los cannoli de este sitio. Nuestro encuentro con esta maravilla fue pura casualidad, ya que justo ahí fue dónde cogimos la góndola para darnos un paseo con Marcelo (nuestro gondolero) y pensamos en llevarnos algo para comer durante el paseo. En el bar, cuentan con muchos más dulces, pero si os digo la verdad, siempre fui directa a mis cannoli. Un hurra por estos encuentros casuales tan deliciosos.

Bar Ducale y gondolero 

Y por si todas mis gastrorecomendaciones no han sido suficientes para haceos salivar y que os den ganas de ir a Venecia, aquí os dejo mi última tentación, que se puede ver pero no comer... ¡o si! 

El gondolero más sexy de Venecia


jueves, 10 de julio de 2014

Love never felt so good

Estamos en tiempos de ramadán, ¿sabíais que durante el ramadán no se pueden tener relaciones ni de noche, ni mucho menos durante el día? Ni con tu novia, ni con tu mujer. Y así durante 30 días.

Vivimos en un mundo occidental en el que todo lo que se desea, se puede conseguir chascando los dedos, al estilo anuncio de Paco Rabanne. Quizás por esto, todo aquello que se nos resiste, que nos cuesta conseguir, nos engancha aún más. Bien es cierto que, cuanto más nos cuesta algo, más gratificante es conseguirlo. Y yo me pregunto, ¿será este el secreto de los hombres/mujeres "difíciles"? Si, las personas "difíciles", las que llevan etiquetas del estilo: casado/a, con novio/a, con miedo al compromiso, libres, más mayores, etc. Creo que todas hemos caído alguna vez en ese agujero negro que supone el típico hombre con el que es difícil quedar, que sabes que sale con más gente, que no quiere comprometerse a nada, que no sabes si llegará a la cita o no, en definitiva, que te hace sufrir pero que sabes que si llega a la cita, que si te dice que eres bonita, que si te regala algo, caes rendida. No son necesariamente guapos, su fuerte no tiene por qué ser el físico, simplemente te atraen a un nivel que difícilmente otros consiguen: por química, por labia, por morbo. Siempre se ha dicho que a las mujeres nos vuelven locas los hombres que nos hacen sufrir, pero también a los hombres les vuelven locos las mujeres difíciles. En un mundo en el que prima la ley del mínimo esfuerzo, ¿son los retos los que le dan rock'n'roll a la vida? ¿es esa, por tanto, la esencia de los hombres y las mujeres difíciles?

Cuando pasamos al segundo capítulo de esta historia, después de todo lo que nos costó desengancharnos, darnos cuenta de que no nos llevaba a ningún lado y buscamos algo más sano (y más cómodo), nos topamos con la especie justo contraria: ese hombre bueno, a lo mejor guapo o a lo mejor no, pero que le gustas, te llama, te escribe mensajes, te da las buenas noches, vais a cenar, dais paseos, a tu madre le cae bien. En ese momento, te das cuenta que la pasión y el deseo que genera lo difícil, ya no lo tienes, pero has ganado otras cosas.
¿Sería la mezcla de estas dos personas, la persona perfecta? ¿Existe la pareja perfecta? Me gusta pensar que no, la perfección me resulta muy aburrida. ¿Estamos, por tanto, condenados a siempre desear más? Quizás es ese el leitmotiv de la vida.

A toda esta reflexión, le he puesto como banda sonora esta canción de Michael Jackson, recientemente reeditada junto a Justin, que, aunque no lo parezca, por lo movidita y eso, le va al pelo a este post y de ahí, que la haya puesto también como título. Baby, love never felt so good...



martes, 8 de julio de 2014

Los 5 must del verano: alpargatas. Jungle Drum.

Ya es 8 de julio, es oficialmente verano. Ya a nadie o a casi nadie le quedarán exámenes por hacer (que estén aprobados o no ya es otra historia), en algunos trabajos ya hay horarios especiales, cierran hasta los chinos, las ciudades sin playa se convierten en verdaderos desiertos de asfalto, como la mía. Por esto y mucho más, os voy a presentar a lo largo de esta semana los 5 must que no pueden faltar en tu maleta de vacaciones. O si no tienes vacaciones, como la que escribe, los 5 must que tu armario debe tener para lucirlos por tu desierto de asfalto. Aunque sólo queden tres gatos en tu ciudad o en tu trabajo, al menos deslúmbralos con tus outfits. Antes muerta por insolación, que sencilla, ¿no?

El must de hoy son las alpargatas. Como ya dije en un post anterior, son un imprescindible de este verano, vaya como Pitbull para una buena canción de verano. Olvídate de las alpargatas esas viejas que tienes guardadas en el armario del año pasado de colores básicos tipo blanco, rojo, naranja. Este año se llevan con materiales originales, distintos, no de tela. Cuanto más extraño sea el material del que están hechas, mejor. En Bimba y Lola las tienen de pelito, al igual que en Massimo Dutti, y ahora además de rebajas. En Zara hay con tejido transparente y lunares. Y, por supuesto, siempre quedará, no Paris, sino las espadrilles de Chanel, siempre perfectas.

Bimba y Lola 125 €  50 €
Zara 29,95 € 19,99 €












Por mi parte, dejando a una lado algunos modelos clásicos de tela en blanco y negro para la playa o la piscina, cuando quiero vestirme un poco más, tengo estas dos bellezas: unas ya las conocéis, de Fred de la Bretoniere y las otras de Manebí, preciosas. Las alpargatas Manebí te vienen con su bolsita de tela compañera para guardarlas. Son alpargatas hechas a mano aquí en España, concretamente en La Rioja. Es una marca que personalmente me encanta por sus detalles, os dejo su página: http://www.manebi.eu

Manebí

Fred de la Bretoniere

































Os dejo con Emiliana Torrini con su Jungle Drum que es la canción perfecta para vestirse con energía, muy eléctrica. Hey, i'm in love! My heart is beating like a jungle drum!




domingo, 6 de julio de 2014

Tarifa, Cádiz, España

Viajemos. Tarifa, es mi edén en el desierto. Mis vacaciones de verano perfectas. Sobre todo en septiembre, cuando aún hacen unos días de playa espectaculares y un tercio de los guiris, que durante los meses de julio y agosto asedian el pueblo, han vuelto ya a casa. Llevo años y años veraneando en este pequeño pueblecito, punto más meridional de la península, meca del surf, del kitesurf, y de todo lo terminado en surf. Eso significa que también es la meca del viento por lo que tiene un tiempo difícil de predecir. Si llegas y te dicen en el primer barecillo donde comas que hay poniente, ve corriendo al hotel, coge toalla, bikini, chanclas y corre a la playa más cercana (probablemente la de Los Lances). Si desde que te vas acercando a Algeciras ves las palmeras a media asta, las señoras intentando dominar su pelo y muchos caballitos en el mar, intenta preguntarle a un lugareño dónde meterte para aguantar el levante.






Sin embargo, poco a poco descubrirás que el viento es la única pega de Tarifa: en cuanto lleves unos días, te enamorará el ambiente tan relajado, tan multicultural, sus originales y buenos restaurantes y bares, las estrechas calles de la ciudad, sus tiendas y, por supuesto, sus playas. Tarifa es perfecta para venir en familia, con amigos, con pareja; yo lo he probado todo, y se adapta perfectamente al tipo de vacaciones que estés buscando. Te recomiendo que, cuando vayas a Tarifa, te dejes los vaqueros, las camisas, los vestidos en casa; una de las cosas que más me gusta de Tarifa es lo despreocupada que vive la gente, así que es el momento para vestir despreocupadamente, muy hippie y sin maquillar. En Tarifa, todo es natural y auténtico. Olvídate también en casa el ordenador, la tablet y cualquier aparato con cables, a cambio disfruta de la playa durante el día y de largos paseos por la noche por sus calles y tiendas. Estoy casi 100% segura de que si me haces caso, te dejarás embriagar por el espíritu tarifeño en cuestión de pocas horas. No hay que olvidar, que se trata de un pueblo que vive del verano, por lo tanto hay que saber dónde comer y dónde alojarse para que no te timen. Por ello, aquí os dejo algunas de mis recomendaciones, todas desde mi experiencia y mi opinión. Para comer, os recomiendo encarecidamente: Solsticio (Calle Pintor Guillermo, 25), restaurante peculiar dónde los haya, sus horarios dependen un poco de si los dueños están surfeando o dando un paseo, con un ambiente relajado y una decoración entera de madera y plantas, todos sus platos están muy ricos; Chilimosa Comida Vegetariana (Calle Peso, 6), un vegetariano pequeñísimo, con apenas tres mesas por lo que resulta difícil comer en el sitio y, por ello, ofrecen la comida para llevar, toda la comida esta deliciosa; Vaca Loca (Calle Cervantes, 6), un restaurante divertido por cómo sirven su comida, en platos de madera, todo carne y barbacoa, pero bastante aceptable, el servicio, a veces, un poco lento; Bar Casa Juan Luis (Calle San Francisco, 16), típico bar andaluz, con tapas, con camareros dicharacheros, ibéricos, tradicionales, sus tapas y raciones son buenas, también tiene un restaurante justo en frente, pero nunca he estado. Para terminar, dos restaurantes un poco escondidos, tradicionales, con comida más local imposible pero rica, rica: Restaurante El Mirlo (Punta Paloma s/n, lo mejor es ir preguntando), vistas inmejorables, comida de la abuela, rica, sabrosa, recién sacada del mar y tiene justo debajo una cala perfecta para esconderse los días de levante; Restaurante La Oliva (playa Bolonia, preguntad), comida también de abuela, pescados a la plancha, gazpachos, postres caseros, ideal para pasar un día en Bolonia.
Podría seguir recomendando, sin problema, porque la lista de buenos sitios para comer en Tarifa es muy extensa.
En cuanto al alojamiento, mis recomendaciones son las siguientes: Posada La Sacristía (en pleno centro de Tarifa), Hotel Dos Mares (para disfrutar de playa, mucho mejor que su hermano el Hotel Tres Mares), La Casa de la Favorita (un aparthotel muy bien puesto y muy céntrico). Por otro lado, también hay una extensa lista de apartamentos vacacionales, algunos ideales, pero con precios muy cariñosos.
No dudéis en dejar un comentario si tenéis alguna duda o queréis alguna recomendación.
Y, por si nada de esto os ha convencido, aquí os dejo algunas fotos más.